Félix Alberto Beltrán Concepción nació el 23 de junio 1938 en La Habana , Cuba. Se formó en la School of Visual Arts, en la American Art School y en el Art Students League de Nueva York.
En 1962 volvió a su país para ayudar a difundir el mensaje de la revolución. Pronto Beltrán se convirtió en uno de los principales defensores del diseño de carteles de su país, y viajó por todo el mundo para comunicar la importancia de este medio peculiarmente cubano y sus mensajes de cambio social y político.
Las experiencias de Beltrán con el represivo régimen cubano finalmente cobraron su tributo, tanto personal como profesionalmente. Así que, en 1982, dejando atrás toda su obra artística, el diseñador y su familia dejaron Cuba.
En Cuba el diseño gráfico estaba basado en ideas que no eran creadas por los artistas, si no que venían directamente de las instituciones estatales. A través de varias instituciones el estado absorbió aquellos diseñadores gráficos que se quedaron en Cuba. El cartel cubano fue influido artísticamente por las personas que controlaban dichas instituciones.
Además de la falta de libertad de expresión el tiempo también era un factor que afectaba la calidad del trabajo. Las ideas se tenían que crear inmediatamente, no había tiempo para desarrollarlas como se debía. El texto no podía ser demasiado pequeño ya que se tenía que hacer a mano. Los colores se empleaban directamente de las latas y no había sitio para experimentos, ya que había escasez de tinta. No tenían medios para secar los carteles y a menudo se pegaban entre sí. Todos estos factores llevaban a una producción de trabajo simple.
Lo elegí porque en sus diseños se caracteriza por la simplicidad, precisión y remembranza en el diseño y la creación de las formas indirectas y simbólicas.
Esta ilustración del Che Guevara fue criticada por un intermediario que dijo que era demasiado carnavalesco y que no reflejaba su valor simbólico. Estos intermediarios a menudo se volvían inflexibles y extremadamente cautelosos debido a su temor de que los errores, errores de tipo político, les costaran su trabajo. Esto sucedía hasta el extremo que algunos artistas descartaban cualquier idea que pudiera provocar la censura.
Cartel: click
Este cartel fue aclamado por la crítica, pero que inicialmente fue rechazado porque los políticos tenían la sensación de que las letras no eran suficientemente grandes para trasmitir el mensaje. Explico que las letras simbolizaban el sonido que se produce cuando se apaga un interruptor y que si las hiciera mayores representarían un sonido alto, como “CLUNK”. No era un proceso fácil, y estas preocupaciones lo presionaban a hacer trabajos convencionales.
En 1970, para la celebración del 26 de julio, la acción que inició la revolución de Fidel Castro, creo un cartel que estaba abierto a la interpretación. Intento señalar el declive del interés por parte del pueblo cubano en la revolución. El cartel mostraba una estrella blanca que crecía y se hacía roja. La idea podía evocar subir hasta la cima o caer hasta el fondo. Tuvo que desmentir lo que había publicado en una entrevista porque cualquier error podía impedir que jamás pudiera abandonar Cuba. Entonces quiso dejar el trabajo que tenía para hacer otras cosas, pero el gobierno no lo permitía.
Un momento en el que los carteles disfrutaron de cierta libertad. Fue bajo la dirección de María Angélica Álvarez, que estaba casada con un funcionario de alto nivel. Era más liberal, más abierta y defendía un cartel cubano más moderno.
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